martes, 13 de abril de 2010

Imprudencia cámara en mano

http://www.youtube.com/watch?v=U6_eK8am9KA&feature=related

El último éxito de los callejeros de cuatro ha sido el famoso en tiempo récord "pim, pam toma lacasitos". Este programa engrandece su leyenda morbosa con el vídeo de un joven que le toma el pelo a un más que paciente Guardia Civil.

Estamos acostumbrados a que estos reporteros saquen "lo mejor de cada casa" para tratar de hacer un retrato social de actualidad, justifican la explotación económica de lo bizarro y excéntrico con un supuesto discurso de los márgenes sociales, con darles voz a aquellos que no la tienen. Menos mal que esto ya nadie se lo cree.

"Modos distintos de entender la vida, colectivos desfavorecidos y personajes hechos a sí mismos que nos rodean y que, paradójicamente, sólo conoceremos en su auténtica dimensión y profundidad a través de las cámaras de Callejeros." (Extraído de la página de Cuatro)

En este caso lo que me parece más preocupante es el ensalzamiento de una actitud deplorable. En dos días habían conseguido hacer famoso a este chico, que se convertirá en modelo a seguir para muchos otros, sobretodo cuando haya una cámara delante que le pueda llevar al olimpo de la fama "youtubera".
En otras ocasiones, los personajes protagonistas eran víctimas de su discurso y acababan ridiculizados, como el caso de la chica del semen en el pelo, o el de Ramón "el de Pitis". Sin embargo, en este vídeo no se puede decir que ese chico no sepa lo que hace, o que sea evidente que es una actitud reprochable. Lo que pretendo hacer ver es que éste puede ser tomado como modelo de conducta para alguien que se sienta identificado, es gracioso, se queda con la Guardia Civil, va hasta arriba, se ha pegado con alguien, no le importa la repercusión que tenga la multa y encima se ha hecho famoso, vamos que es "el puto amo".

Creo que debería de haber una reflexión a la hora de grabar y de editar sobre la imagen que se quiere dar de los personajes y de la posición del programa respecto a ellos. Parece que es sólo algo gracioso, sin tener en cuenta que a este tipo lo van a ver millones de jóvenes, de los cuales muchísimos pensarán que es un incosciente y un irresponsable, como tantos otros, y se rían con él, pero muchos otros pensarán que es un tipo genial y que ojalá les pillen a ellos en una situación similar para demostrar lo graciosos que son.

En fin, viva la irresponsabilidad mediática y viva Cuatro, esa cadena socialista con grandes programas como 21 días, Perdidos en la tribu o Deportes Cuatro (el hijo predilecto de Aquí hay tomate, pero eso será tema de otra entrada).

viernes, 9 de abril de 2010

La demagogia contra la demagogia


Es frecuente ver cómo se ataca a Michael Moore con argumentos que más que ofensas parecen adjetivos: manipulador, payaso, ególatra etc. Creo que el hecho de que se le ataque de esta manera denota una falta de educación audiovisual enorme en la población. Si es necesario resaltar que manipula situaciones, entrevistas, datos o imágenes es que no sabemos ver documentales o películas, y seguramente sea verdad. Por desgracia habrá gente que siga pensando que es un desvelador de verdades ocultas.

Sin embargo, me parece el más hornrado (la honestidad es cosa de faldas y de ingleses) de los directores manipuladores, es decir, casi todos. Michael Moore plantea situaciones absurdas, explica la historia de EE.UU. en un minuto con dibujos animados, descontextualiza imágenes para hacer un chiste y narra su historia desde la más presente de las subjetividades. Si aún así seguimos tomándonoslo como un trabajo de investigación serio es que tenemos un problema de recepción y no él de manipulación.
No creo que pueda ser más claro en mostrar su posición subjetiva, cierto es que trata de encubrirlo por momentos para no parecer un paranoico conspiranoide, para darle veracidad a un discurso que sólo es veraz en su cualidad de testimonio y de análisis social parcial.

Mucho peor y menos sonoro fue el caso de "Una verdad incómoda", donde ya desde el título te está engañando. El ejercicio ególatra y manipulador de Al Gore ha dado la vuelta al mundo y se ha metido hasta en la enseñanza primaria española, sin que se genere un espíritu crítico generalizado en relación a las formas de un documental igual de conductista y de parcial que los de Michael Moore. Será que es políticamente más incorrecto hablar en contra del discurso del cambio climático, o que el señor Gore es más discreto y menos chistoso que Moore.

Precisamente esa condición llamativa y ostentosa en las formas de Michael Moore puede que sea lo que, en lugar de exculparle, le inculpa más. Por eso es tan fácil acusarle de manipulación, de parcialidad o de vanalizar ciertos temas, y no se ve el problema que supone pensar el discurso de Michael Moore desde esa perspectiva.

P.D. No pretendo defender a Michael Moore, sólo reconozco su buen o mal hacer dentro de las características de su discurso y del discurso cinematográfico en general.

Presentación

Bienvenidos seamos.
Este blog estará dedicado a la crítica audiovisual y periodística, con el fin de encontrar ese espacio en el que poder quejarse, alabar o plantear preguntas sobre productos mediáticos de todo tipo y condición.
Empezaré poniendo en duda si este tipo de anuncios deja en peor lugar a hombres o a mujeres, y hasta qué punto nos podemos tomar en serio este enunciado, teniendo en cuenta la "sutileza" de otros muchos anuncios cerveceros.